Leyendas

Tuesday, December 12, 2006

"El andarín alemán"

Esto esta tomado de una de las tantísimas historias del ya desaparecido Claudio Arias y el la titulaba "El andarín alemán"

Fue por el año 1925 que llegó a Parera este Sr. que dicen se llamaba Karl Ludwig y era algo así como un explorador. Se trataba de un hombre de unos treinta y algún años, de gran tamaño, con una melena rubia que le llegaba a los hombros, con un trato excelente y que decía estar viajando por el mundo hacia bastante tiempo. Tenía dos mulas de gran tamaño y dos hermosos perros de raza pastor alemán. Decía que estaba escribiendo un libro sobre los lugares que visitaba y siempre se alojaba en las comisarías de los pueblos a los que llegaba. Llevaba una moderna (para esa época) cámara fotográfica de conocida marca alemana, mucho equipaje que llevaban sus mulas, una tienda de campaña, un muy buen fusil y una pistola "parabellum" igual a las de los ejércitos alemanes de esa época. Tenía todos sus papeles en regla, un gran álbum de fotos y un libro con sellos y firmas policiales de todos los lugares que visitaba. Hablaba varios idiomas y entre ellos un muy correcto español, conversaba con la gente y los niños lo seguían y le hacían muchas preguntas que el pacientemente contestaba. De esa forma se supo que era de origen alsaciano, que tenía curiosidad por los lugares desconocidos y que una vez terminados sus estudios secundarios, aunque su familia se oponía, el preparó todo lo necesario para recorrer el mundo. Cuando llegó a Parera ya había recorrido toda Europa, buena parte del norte de África, y gran parte de América empezando por Canadá. Había entrado a argentina por la vieja ruta de chile a Mendoza, casi siempre caminaba y muy podas veces se lo veía cabalgar. Vestía ropas adecuadas de muy buena calidad, calzaba botas alpinas para todo terreno y de su cuello colgaban siempre unos larga vistas con una brújula integrada a los mismos. Siempre era acompañado por uno de sus grandes perros mientras el otro no se despegaba de las mulas y el equipaje.
En una ocasión, Don Castro, dueño de un bar y de un perro de raza desconocida y gran tamaño, tentaba al explorador para que los hiciera pelear, pero este se negaba rotundamente, el can "local" ladraba al de el alemán pero este con una orden logró que su perro no se moviera de su lado, Castro al ver que el alemán se alejaba con indiferencia, soltó a su perro que se abalanzó sobre el animal del viajero, este al verse atacado reaccionó en forma violenta y ante la sorpresa de todos en forma fácil tomo a su atacante por el cuello y lo acostó indefenso en el suelo, como esperando ordenes de su amo, este tomándolo suavemente y hablándole en raro idioma logró que soltara dócilmente al atacante que sangraba profusamente y no atinaba a levantarse. Fue una dura y dolorosa lección para el perro y para el dueño que no podía creer que su invencible animal recibiese tan dura derrota. Mas tarde el caminante, con humildad contaba que sus perros (originalmente y hasta Canadá eran tres) eran tan buenos luchadores por que en ocaciones se enfrentaron con lobos y también con algún oso gris.
Relató que en un lugar al sur de Canadá fue cercado por los lobos, el se trepó a un enorme pino y los tres perros presentaron pelea a los atacantes, el alemán tubo la serenidad de tomar unas apuradas fotos (que por supuesto mostró) y luego con su fusil empezó a disparar a los agresores que para sus perros eran muchos, a cada disparo disminuyan hasta que se dispersaron. El bajó de su refugio, tranquilizó a las mulas que se habían enredado en las cuerdas y luego observó a sus fieles amigos muy maltrechos, por lo que a uno de ellos lo tuvo que sacrificar de un disparo a la cabeza. Volviendo al perro " local" ¿Podía vencer a un contendiente tan fogueado en la lucha por la supervivencia?
A los pocos días el viajero emprendió su gira hacia el sur, pero por causas nunca aclaradas en su debida forma, el alemán fue muerto por una comisión policial y estos dijeron que lo habían confundido con un delincuente buscado que era Juan Bautista Vairoletto.
Hubo, según se comentó, averiguaciones de las autoridades alemanas en Argentina pero nunca se aclaró el hacho pasando a ser uno de los tantos viejos misterios de nuestras llanuras.

Adrián.

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